El racismo es un tema importante de abordar en todos los ámbitos de la sociedad, en nuestro día a día, en la calle o en el lugar de trabajo. Pero también en los centros de educación ya sea el ámbito de la educación superior o en la universidad. Muchas veces se piensa que al ser un centro educativo el racismo no esta tan interiorizado, sin embargo, esto no es así. No importan que en él se puedan enseñar a respetar a todos por igual y hagan hincapié en ello, la realidad es que existe el racismo al igual que en otros ámbitos de la sociedad. Por desgracia, no es un argumento válido ya que cada día personas migrantes o con rasgos de otras etnias tiene que sufrir actitudes, comentarios o hasta agresiones físicas del alumnado como del profesorado.

Toda esta problemática nos la relatan diferentes personas en el documento La universidad es un contexto de emergencias: (re)pensando la calidad universitaria desde las luchas sociales, publicado en octubre del año pasado. A través el se quiere reflejar la situación de las universidades en cuanto al racismo que ejercen y para hacer constancia de ello, se realizaron entrevistas en profundidad a 17 estudiantes racializadas de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (12 mujeres y 5 hombres de País Vasco, Marruecos, Argentina, Rumanía, Ecuador, China, Brasil, Sahara, Chile, Nicaragua) 3 de ellas pertenecientes al grupo A!esan (@aesanehu, asociación antirracista de la UPV/EHU). Después, se llevó a cabo un grupo de discusión con personas y miembros de diferentes organizaciones del tejido asociativo de Euskal Herria.

Estas personas contaron varias experiencias vividas en sus centros de estudio, cuales fueran las dificultades que tuvieron para integrarse en la clase, y la persevectiva euro-centrista que tiene la educación.

Hay muy pocas personas racializadas en el campus. ¿Por qué? Porque los asientos están guardados para las personas blancas. Los negros a trabajar y los blancos a estudiar

Mujer, estudiante, Nicaragua

Por último, el documento facilita cuales podrían se alguna de las medidas y formaciones que se podrían impartir para poder mejorar esta situación que los centros educativos dejen de ser espacios racistas. Por ejemplo, desarrollar ciertas actividades interculturales que ayudan a desplegar una visión de la «diversidad» reducida a una cuestión «cultural», desplazando en muchas ocasiones el problema estructural que impide que la universidad pública sea un espacio para todas, donde las personas de origen extranjero tengan igualdad de oportunidades para mejorar sus posibilidades presentes y futuras.