KAS (Kaleko Afari Solidarioak) e Hiritarron Harrera Sarea denuncian que hay más de 300 personas viviendo en situación de extrema exclusión en Donostia.

El pasado 10 de julio las personas voluntarias hicieron un llamamiento para denunciar la situación cada más insostenible de pobreza y exclusión extrema que las personas que están en situación de calle viven cada día. Personas que sobreviven en la calle o con suerte habitan infraviviendas sin luz ni agua, muchas veces sin posibilidad de higiene y con grandes dificultades para acceder a la salud física, psicológica y emocional.

Desde los colectivos KAS e Hiritarron Harrera Sarea queremos denuncian los escasos recursos que ofrece el ayuntamiento a estas personas:

 

  •  Dentro del capítulo de las prestaciones de alimentación que tiene el Ayuntamiento de Donostia está “Otorduak” -un vale para que las personas puedan comer en bares de la ciudad–, con capacidad de 65 plazas y una lista de espera de más de 200 personas. Un servicio a todas luces exclusivo e insuficiente.
  •  Sabemos también que para poder tener un mínimo higiene, algunas personas alcanzan a un ticket para poder ducharse una vez a la semana y poder poner una lavadora una vez al mes, pero la demanda es tan grande, que a mitad de semana ya se han terminado todos.
  • El albergue municipal ofrece cinco noches cada tres meses, está siempre completo y para entrar muchas veces hay que dormir fuera toda la noche hasta conseguir un sitio a la mañana.
  • El servicio municipal de urgencia (SMUS) que entre otras cosas es donde hay que ir para poder empadronarte, está totalmente desbordado, hay mucha gente esperando fuera, es complicado acceder a una cita, cuando se consigue apenas atienden por 15 minutos y ha ido recortando y eliminando los pocos recursos que daba como es el apoyo para conseguir documentación, necesaria a su vez para conseguir el empadronamiento. Aunque la mayoría de personas que se encuentran en esta situación de desprotección son jóvenes migrados desde el norte de África, que viven en total inseguridad sin tener garantizada ni siquiera una sola comida diaria, queremos enfatizar que cada vez son más personas las que se ven obligadas a pernoctar en la calle, entre ellas también mujeres y familias totalmente abandonadas a su suerte, a las cuales tampoco el SMUS ofrece ninguna cobertura.