FERNANDA CÁNDIDA

El pasado martes, 22 de noviembre, tuvo lugar en el Campus de Donosti de la Universidad del País Vasco el conversatorio Feminismos y Decolonialidad, organizado por SOS Racismo Gipuzkoa en colaboración con A!esan (asociación estudiantil antirracista de la UPV/EHU)

Formaron parte del mismo como ponentes: Luciana Alfaro Lavado, feminista decolonial y componente de la red de mujeres migradas y racializadas de Euskadi, Gladys Giraldo Velasquez, activista feminista decolonial independiente y Nayah Salma Bleila, activista feminista y antirracista de origen saharauí miembro de A!esan e Hijos de las nubes. A estas les acompañaba Fernanda Cándida Esteves, componente de A!esan, como dinamizadora. 

Estas tres mujeres tan diferentes entre sí, ya sea en edad, lugares de procedencia o experiencias de vida, coinciden en la importancia del feminismo decolonial. En este sentido, para poder entender las bases ideológicas que sostienen el feminismo decolonial, primero es necesario entender el concepto de colonialidad. Luciana A. y Gladys G., de origen sudamericano, así como, Nayah de origen saharauí, han vivido, alguna de ellas sin ni siquiera saberlo inicialmente, las consecuencias de este fenómeno. De forma conjunta, lo definen como las estructuras que rigen todos los aspectos de la vida y son derivadas de las invasiones territoriales en los países del sur Global por parte de Europa, tomando a ésta y a su ligada blanquitud, como modelo de la modernidad y avance. 

 

Partiendo de esta idea, Luciana A. explicaba cómo ella, hasta haber migrado a España, no había percibido la necesidad de adoptar una perspectiva decolonial dentro del movimiento feminista. En su país de origen, Perú, había vivido alejada del antirracismo y como explica, en una situación de “privilegio relativo”. Comentaba que durante su paso por la universidad estudió mucho acerca de la lucha de clases y feminismo, pero siempre desde la perspectiva europea. Cuando migró a España por motivos académicos, empezó a tener relación con colectivos feministas y no fue hasta ese momento, al sentirse percibida como “la otra” y no representada dentro de este movimiento, cuando empezó a interesarse por el feminismo decolonial. Este camino le llevó a indagar y conocer a muchas autoras y autores que tratan estas ideas, algunas incluso de su propio país natal, pero que nunca había estudiado en la universidad. 

Respecto al camino de Gladys G. hasta llegar al feminismo decolonial, ésta comentaba que desde un primer momento fue consciente de las desigualdades raciales y las estructuras colonialistas presentes en su país natal, Colombia. Gladys a muy corta edad migró a Inglaterra, donde se encontró con un entorno en el cual se desarrollaban muchas luchas y movimientos sociales. Debido a su cercanía con los mismos, pudo aprender acerca de las estructuras del colonialismo y cómo éste se articula. Años después migró a Gipuzkoa, donde ha trabajado muy de cerca la segregación en la educación. 

Por su parte, Nayah S. expresa que el feminismo ha estado presente en su vida desde siempre, transmitido por las mujeres de su familia. Sin embargo, no fue hasta su adolescencia cuando tomó conciencia de esto. Comentaba cómo en la cultura amazigh y también en la causa saharauí, la mujer siempre ha tenido un papel importante. Para Nayah la necesidad de acercarse al feminismo decolonial le vino en relación a haber vivido en primera persona las consecuencias del colonialismo. Además, una vez migró a España, no encontró su lugar dentro del movimiento feminista, ya que al ser una mujer mulsumana se le percibía ajena a esa lucha. 

 

A pesar de estar todas de acuerdo de la necesidad de aunar la lucha feminista y el antirracismo, existió cierto desacuerdo sobre cómo llevarlo a cabo. Se debatió acerca de la dualidad entre el antirracismo moral y político. Para Luciana A. la manera más efectiva de llevar el antirracismo a la sociedad es desde lo político, trascendiendo lo moral. Con leyes que protejan los derechos de las personas racializadas y estén hechas por personas racializadas. Por otra parte, Nayah S. y Gladys G, expresaron estar de acuerdo con la visión de la moderadora Fernanda C.. Ésta explicaba la necesidad de acercarse al antirracismo tanto desde la perspectiva moral, como política. Desde el punto de vista de ésta, el antirracismo moral permite a los sujetos blancos tomar consciencia de los privilegios que ostentan. Por su parte el antirracismo político, como se ha mencionado anteriormente, defiende la creación de leyes que protejan a las personas racializadas. Lo ideal sería que estas mismas pudieran elaborarlas, pero mientras tanto, las personas que ya ostentan el poder y han desarrollado una conciencia antirracista pueden utilizar sus privilegios para hacer eco de la voz de las personas racializadas. 

Algo en lo que mostraron estar completamente de acuerdo las ponentes es en la necesidad de abordar la educación desde una perspectiva antirracista y decolonial. En base a su experiencia personal y laboral, denuncian la hegemonía del conocimiento y falta de representatividad en las aulas. Recalcar la importancia de crear leyes que defiendan la igualdad dentro de la educación, para terminar de una vez por todas con la segregación.

Puedes escuchar a continuación 5 extractos del coloquio (utiliza las flechas para cambiar de pista):