Nerea Ramos Esteban publicó este artículo de opinión originalmente en euskera, en Irutxuloko Hitza.
Martxoak 17an argitaratua izan da, hemen.
NEREA RAMOS ESTEBAN
SOS Racismo Gipuzkoa
El 19 de marzo se reúnen muchas familias para celebrar el día del padre. Un día bonito para muchos, pero no olvidemos a tantas familias que sufren cada día. Y para éstas también es un día importante. El 21 de marzo es el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia, y este domingo será una jornada reivindicativa.
Más de 50 asociaciones, movimientos populares y sindicatos colaboramos para organizar la XVIª Marcha contra el Racismo el 19M. Este año denunciaremos que bajo el lema Hilmugak: Contra la violencia en las fronteras, la Unión Europea y los gobiernos internos vulneran los derechos de quienes quieren cruzar las fronteras.
Las situaciones en las fronteras son cada vez más violentas, sin respuesta alguna desde los gobiernos. No hay que ir más lejos: en el Bidasoa han fallecido nueve personas intentando cruzar la frontera interna entre Irun-Hendaia. Ir en busca de una vida mejor es un derecho fundamental. Según los datos de CEAR, unas 800 personas murieron en el Mediterráneo tratando de llegar al Estado español en 2022. Otros 2.500 en la costa italiana, y todos los que no se contabilizan. Al llegar a la UE tropiezan con barreras como las fronteras internas, como los controles selectivos y los perfilamientos raciales.
La UE dificulta la labor de las organizaciones humanitarias, normalizando la muerte de miles de personas, impidiendo las migraciones legales. Vulnera sistemáticamente el derecho de asilo, pisoteando los derechos fundamentales de las personas que vienen abandonando las guerras y los conflictos armados. Y quienes vienen en busca de un futuro mejor también son legítimos.
La implicación de todas y todos es necesaria para que la UE adopte soluciones. Sufras o no esta opresión, es más necesario que nunca que la denuncia sea de todas. Callar ante esto nos hace cómplices.
Afortunadamente, en el 8 de marzo o el 28 de junio cada vez hay más participación. Hagamos que el desafío contra el racismo sea también de toda la sociedad. Por quienes sufren violencias en las fronteras, y también por quienes no pueden asistir a la marcha. Por las trabajadoras del hogar que trabajen 58,65 horas semanales, que cobren un 40,79% menos de lo establecido en el salario mínimo. Por las víctimas de explotación laboral en hostelería. Por los que están en situación de calle, en Donostia más de 225. Son tantas las situaciones de este tipo. No olvidemos el espacio y dar la palabra a quienes sufren esto en su propia piel, pero acerquémonos todos este domingo al mercado de Trintxerpe, a las 11:30.
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Quien no » quiera ser cómplice de la vulneración de los derechos humanos» tiene que salir a la calle